Si bien aún queda tiempo por para las elecciones de 2010 – salvo que la Asamblea Revisora se lance a modificar el calendario electoral- desde la Junta Central electoral, en particular su Cámara Administrativa, ha venido expresando ansiedad y preocupación ante las tareas que conlleva su organización.

Primero fue el voto preferencial, al que le endilgan pecados y peligros que no le son propios. El tema no se ha resuelto. Desde ya se ha convocado a los partidos, al promediar el mes en curso, para que digan lo suyo. Las cúpulas partidarias no lo quieren pero la Junta no está para complacer peticiones ni sumarse a una conspiración simplemente para aligerar la administración de las elecciones. Los problemas con el preferencial en el 2002 y el 2006 se debieron a la manera infeliz en que se concibió y aplicó.

También lo del SOMO -se dice- distrae, consume atención y dedicación. Como si una institución grande tuviera que paralizarse para hacer averiguaciones sobre un asunto que ella misma creara como resultado de sus pugnas intestinas. Unos están contentos, y los otros rabiosos. No se entiende a que viene el hacer público un asunto de trabajo interno. ¿Será que se está usando como obstrucción o que los administrativos estén perdiendo liderazgo? El Presidente de la Junta lo ha dicho: hay tiempo suficiente para preparar las elecciones.

Por último, está el asunto ese de las elecciones en los distritos municipales. Olivares tiene mucha razón en lo que ha dicho al respecto. Ellas se dispusieron por ley (la No. 176-07) y no establece prórroga alguna ni periodo de gracia para su implantación. Por eso deben realizarse. La Junta debía estar consciente que era una tarea a acometerse en el 2010. Tuvo tiempo suficiente para dejar constancia de sus pareceres ante las cámaras. Ahora ya no es oportuno.

Ciertamente son muchos Distritos (229) a los que hay que sumarles los 158 municipios (a cada rato se habla de mas y de menos), las circunscripciones intraprovinciales y las 31 provincias y el Distrito Nacional. La cantidad hace aun más complejas las elecciones. Pero no hay razón para hablar de “caos electoral”, sobre todo en una administración como la actual que tanto se ufana en decir que es la mejor de toda la historia electoral. Si así es, se está en las mejores manos.

No hay que crear ninguna Junta Electoral, ni siquiera Subjuntas. Los Distritos Municipales están dentro de los Municipios y cada uno cuenta con una Junta. De lo que se trata es de extender las elecciones a unidades intramunicipales. No hay por qué halarse los cabellos por el diseño de los formularios y ni siquiera por la boletas. La ley electoral prevé opciones.

Nunca antes una Junta se había manejado con tantos recursos. En el pasado se debieron montar elecciones conjuntas en apenas cinco meses, con poquísimo dinero; con gobiernos y partidos traviesos, con una burocracia ineficiente; en un ambiente de zancadillas, con gente que buscaba hacer su “agosto”; con muchísimas presiones y Juntas entrampadas en pleitos políticos. Y así se hicieron. Hoy el ambiente es muy distinto y distante.

Cuando hay ansiedad se toman ansiolíticos. Quizás lo estén necesitando.

© Julio Brea Franco 2009
Florida, USA
Publicado originalmente en Periódico HOY de
República Dominicana
Abril 07, 2009