I

Cuando Sumner Welles llegó a República Dominicana el 28 de julio de 1922, contaba apenas con 29 años de edad, había renunciado del servicio exterior, estaba casado con dos hijos, su matrimonio estaba en crisis y buscaba un trabajo bancario en New York. Había ya logrado cierta estima profesional luego de servir en Tokio y Buenos Aires y desempeñarse como Asistente Jefe de la División de Asuntos Latinoamericanos en el área del Caribe y Centroamérica.

A pesar que tanto el ex Secretario de Estado B. Colby, como el mismo Secretario Hughes le escribieron ensalzándolo, Welles no acepto revisar su dimisión. Los diplomáticos estaban muy mal pagados y la burocracia era todo lo contrario a un dechado de eficiencia. El servicio exterior en esa época de aislacionismo perdió buenos profesionales por las mismas causas y condiciones.

Sumner Welles era un hombre de aguda inteligencia y un incansable trabajador. Incluso, hasta su principal y más aguerrido enemigo, Cordell Hull, lo reputaba como alguien que pensaba y se movía tan rápido que siempre estaba en la delantera.

Nacido en New York en el seno de una familia de gran preeminencia social y estrechamente relacionada con los Roosevelt. Incluso había sido paje en la boda de Franklin D. y Eleonor. Siempre contaría con su aprecio y distinción profesional. Y, efectivamente, fue Roosevelt quien lo animó a entrar al servicio exterior como tercer secretario en Tokio.

Egresado de Harvard, logro hacerse con una solida formación intelectual que acrecentaría considerablemente tanto por su experiencia como por su capacidad como estudioso. Esa plataforma lo ayudaría a convertirse en el estratega global de FDR hasta su malogramiento como funcionario iniciado en 1940 y que concluiría con su renuncia forzada y definitiva en 1943.

Tanto en Argentina como en Washington le había ido bien. Desde su posición en el Departamento de Estado le había dado seguimiento estrecho a la situación en Haití, Cuba y República Dominicana. Para 1920, con el Presidente Wilson ya enfermo, la situación había quedado en mano de la Marina.
Precisamente por sus cualidades, su fluente español y conocimiento de la situación fue que por instancia de Hughes el Presidente Harding lo designó Comisionado Especial con acceso directo al Secretario de Estado. Ese encargo le significo un importante empujón en su carrera. Y lo sería más desde que Roosevelt accedió a la Presidente y en 1933 lo designo enviado Especial en Cuba. Ya para 1938 y 1939 era considerado como la mano derecha del Presidente.

Recibió variados encargos en América Latina y en Europa durante gran parte de la Segunda Guerra mundial. Previo a su caída, trabajo en el diseño de lo que sería la Naciones Unidas uno de los más anhelados proyectos del Presidente Roosevelt.

La lucha de personalidades, los resentimientos, los celos, las envidias tocaron muy de cerca a Sumner Welles. Cordell Hull lo rivalizó terriblemente al punto de propiciar su abrupta caída final con la participación de William Bullit, que al final de la tragedia también termino destruido.

II

En pleno auge de su carrera, Benjamín Sumner Welles se abalanzaría en el precipicio. Un incidente sin consecuencias objetivas tornaron sus tres últimos años en el Departamento de Estado en un infierno al punto de verse en la necesidad de renunciar en 1943. A partir de ahí no volvería jamás a ocupar ninguna posición gubernamental. Ni siquiera Roosevelt considerándolo un “buen hombre”, pudo detenerla.

Su carta de renuncia la escribió convaleciente de un ataque al corazón que sufrió el fin de semana inmediato a la entrevista de Welles con Hull en la que este último le expreso su convicción de que su “continuación en el cargo seria, para el Presidente y el Departamento de Estado, el más grande escándalo nacional en la existencia de Estados Unidos”. Fue su ruina total.

Sumner Welles casó tres veces. Se divorcio de la primera, enviudo de la segunda y dejo viuda a la tercera. Con Esther Slater (1915 a 1923) procreo sus dos hijos (ambos fallecidos por separado en 2002). Cuando llego a República Dominicana el matrimonio estaba en crisis y ya se había enamorado de la mujer más importante de su vida, además de su madre Mathilde Townsend fallecida en 1949. Su última esposa fue una amiga de infancia, Harriette Post. Welles a la luz de estos datos tenía un “background” heterosexual. ¿Qué sucedió, entonces?

Aconteció en el 16 setiembre de 1940. El detalle lo cuenta y resume su biógrafo Benjamín Welles, su hijo. Había fallecido el Presidente de la Cámara de Representantes (House Speaker) e iba a ser enterrado en su estado natal, Alabama. Tanto el Presidente Roosevelt, los miembros de su gabinete o alguno de sus representantes abordaron el tren presidencial en la estación central de Washington a la 5 de la tarde para asistir al sepelio. Sumner Welles asistía en representación del Secretario de Estado Cordell Hull quien se había excusado por encontrase enfermo.

Fue un día muy caluroso. Inmediatamente después del servicio el tren presidencial iniciaba el viaje de regreso. El Presidente estaba en su compartimiento y un grupo de funcionarios en el carro comedor empezaron a tomar tragos. Entre ellos Sumner Welles. Ya a las 2 de la mañana dos de los contertulios se retiraron, Welles ya estaba bebido.

A las 4:00 de la mañana los dos restantes también se retiraron dejando solo a Sumner. Este se fue a su compartimento pero volvió en busca de café y el encargado del servicio despertó para atenderlo. Era este un afroamericano respetado veterano en el servicio del tren. John Stone, así se llamaba, alegó después que Welles le había ofrecido dinero por “actos inmorales”. Stone se negó pero lo hizo con educación. Sin embargo, relató el incidente a sus colegas que posteriormente también alegaron “avances indirectos” de parte del subsecretario.

Ese fue el incidente. A partir de ahí la acusación de homosexual fue la punta de lanza. La intriga comenzó, William Bullit, embajador en Francia no dejó esfuerzo, tiempo ni gasto alguno para destruirlo. Lo logró, sin embargo él también el terminó destruido. Nunca más fue considerado para cargo alguno por el Presidente.

© Julio Brea Franco 2009
Florida, USA
Publicado originalmente en Periódico HOY de
República Dominicana
Enero 20 y 27, 2009