La geografía del aborto no es tan simple y extrema como a veces se quiere presentar. Siempre la realidad es más compleja de lo que deseáramos. Las legislaciones de los países distan de ser uniformes y múltiples son sus matices.

En el extremo de una línea imaginaria se colocan aquellos países en los que el aborto o la interrupción del estado de gravidez es permitida legalmente. En el opuesto, están aquellos en los que es ilegal de manera absoluta. En el continente americano, por ejemplo, en el primer grupo se cuentan Canadá, Cuba, Barbados y Bahamas; entre en los segundos: Antigua y Barbuda, Chile, El Salvador, Nicaragua y eventualmente República Dominicana. (Abortion Laws Map 2007)

El grueso de los países, sin embargo, se coloca en una miríada de puntos intermedios: como principio general no es permitido pero se reglamentan situaciones de excepción en las que es posible realizarlo.

Una de las variantes muy recurrente es el tiempo de gestación (el primer trimestre o al inicio del cuarto aun si la fijación del límite exacto es variable); otra son las motivaciones (salud de la madre, graves malformaciones del feto, violencia carnal o estupro).

Lo que si queda claro es que el aborto no es un mecanismo de control de natalidad aunque se utilice como política población. Es este el caso de China con el propósito de asegurar una población masculina. Ahora resulta que los hombres superan a las mujeres en más de 40 millones.

Se entiende que el panorama sea diverso: la admisibilidad del aborto depende en gran parte de convicciones éticas y de orientaciones religiosas que influyen en la cultura de una sociedad determinada. Esta realidad empírica, desde una perspectiva global, debe tomarse también en cuenta en la discusión sobre este tema que suele ser muy teórica y muy de convicciones poco inclinadas al análisis.

Pero también nos dice que en cada pais existe una situación de opinión que se concreta en la decisión política que subyace a la reglamentación que adopta. Otro elemento interesante que se colige es que al través del tiempo se registran cambios, tanto en una dirección como en otra. En Polonia se paso de la liberalización absoluta a la negación absoluta del aborto. En otros, los cambios han sido paulatinos como en el caso de varios países europeos.

Italia es un caso a ser considerado. ¿Por qué Italia? En su seno esta entroncado el Papado, que ejerce sin duda alguna gran influencia política (hasta 1994 Italia contaba con el mayor partido democristiano de Occidente. La discusión sobre el aborto se importantizó en 1975 al punto que la Corte Constitucional mediante sentencia (no.27 de 18 de febrero 1975) dictaminó que si bien la “tutela del concebido” tiene un fundamento constitucional, consentía el recurso a la interrupción voluntaria de la gravidez pero por motivos graves.

Esa sentencia allanaría el camino para la aprobación de la Ley 194 del 22 de junio de 1978 con la que se abrogaron varios artículos del Código Penal. La reglamentación de 1978 pese a dos referéndums abrogativos celebrados en 1981, no ha podido ser modificada. Ni por los que buscaban la ampliación de las excepciones ni por los que quería su limitación. Por ello, todavía hoy, sigue siendo la expresión del acuerdo italiano sobre la cuestión.

© Julio Brea Franco 2009
Florida, USA
Publicado originalmente en Periódico HOY de
República Dominicana
Mayo 4, 2009