La elección del Presidente de la República, en un sistema presidencial como el nuestro, solo una es la opción que gana. Es un único cargo para un solo ganador. Si se suman las ganancias y las pérdidas de todos los jugadores, el resultado será cero. De ahí que sea un “juego a suma cero” de acuerdo al planteamiento seminal de Von Neumann y Morgensten.

Muy distinto es el caso de las elecciones congresionales y municipales. En ellas la mayoría de los partidos pueden ganar, unos más, otros menos. Es por ello “juego a suma variable”. El que obtiene la mayoría de los votos no se alza con todos los cargos: también los demás obtienen cuotas de poder en escaños.

Los partidos están enclavados en un contexto plural, de competencia e interacción. Compiten en las elecciones, logran resultados, cuantificados en votos, y mediante un mecanismo específico, esa votación se traduce en cargos en el Congreso y en los Ayuntamientos. El mecanismo es el “sistema electoral” en sentido estricto.

Al conjunto de interacciones de los partidos dentro del contexto institucional es lo que se conoce como “sistema de partidos. El boleto de entrada al sistema son las votaciones que logran en las elecciones pero sobretodo los cargos electivos que conquistan. Son las posiciones de poder las determinantes en la definición de los sistemas de partidos.

Giovanni Sartori siempre insistía en sus clases en el número de partidos para categorizar los sistemas, entre otras variables, pero advertía enfáticamente: “bisogna saper contare”. Saber contar los partidos es fundamental. El punto no es que sea grande o pequeño sino que sean decisivos en el momento de la estructuración de una coalición mayoritaria de gobierno. En una democracia “difícil” como la italiana, partidos algo más que minúsculos integran el sistema por sus posiciones determinantes

Una elección presidencial celebrada a solas, como la reciente, no determina por sí mismas una reconfiguración del sistema de partidos. Pueden sí develar, eventualmente, una tendencia en acto pero no mucho más de eso.

El PRSC, continuará con sus 22 diputados y sus 4 senadores hasta el 2010. Seguirá con el mismo peso que antes del 16 de mayo. Por más enfermo y roto que hoy esté.

La votación reciente muestra un PLD que ha tenido que pagar su desgaste. De presidencial a presidencial, se le evaporó el 4.08% pero de congresionales a presidencial solo un 2.67%. El presidente Fernández ganó por sí solo un 8.89% mas allá del obtenido por su partido. En el 2004 sucedió igual: un 8.09. Este tipo de ganancia en una competencia presidencial constituye, para fines de análisis del sistema de partidos, un factor coyuntural que expresa la fortaleza del carisma del candidato.

El resultado de las elecciones a lo sumo lo que ha mostrado es el debilitamiento del tercer pivote del sistema. Pero no que estamos ante un bipartidismo aun. Habrá que esperar la contienda congresional para orientarnos hacia dónde vamos. Un juego a suma cero no determina el sistema.

© Julio Brea Franco 2008
Florida, USA

Publicado originalmente en Periódico HOY de
República Dominicana
Mayo 27, 2008